Yo soy el Sr. Engaño y he venido para ser otro Engaño en tu vida. Imagino que habrás conocido a otros antes aunque te cueste reconocerlo. Nosotros, los Engaños, solemos dejar ese sabor amargo, esa vergüenza y esas ganas de olvidar. Pero no te confundas, yo no soy cualquier Engaño.
Tienes miedo ahora porque crees que me conoces bastante (y por lo tanto hay más de mí para querer) pero yo no sé nada de ti. Primer error: sé de ti lo suficiente, sé de ti exactamente lo que debería saber. Sé que quieres con facilidad, sé que eres frágil e insegura, sé que te equivocas con frecuencia porque tu corazón es mucho más grande que tu cerebro (y bueno, reconozcamos que tienes un gran cerebro). Sé que vas a quererme hasta el infinito porque tu don es precisamente ese, sé que en algún momento creerás que soy muy importante en tu vida y poco a poco dejarás que te consuma. Sé que será fácil quitarte todo lo que con tanto esfuerzo construyes en las afueras de mi casa, dejándote sumida en la soledad otra vez, de donde renacerás finalmente convertida en lo que por tanto tiempo has estado incubando en tu interior: alguien llena de aversión y recelo por quienes le demuestren cariño, decepcionada de todos aquellos que dijeron amarla y no le advirtieron que el amor sólo podía hacer daño.
Y no, no me conoces bastante. Conoces de mí la parte amable, la parte querible. Pero yo también soy consciente del peligro y tengo mis armas bien cargadas. Podría apostar que te imaginabas esto pero que tu ilusión de ser felices juntos no te dejó aceptarlo. Después de todo, querida, yo soy un Engaño, y tú eres una Mónica, y fuiste concebida para estar en soledad.
_______________________________________________________________
[1] Mónica: nombre femenino de origen griego cuyo significado es "la que ama la soledad".