Parte II

Pero, ¿si fuese al revés? 
¿Si tuviésemos todo, y las ausencias no molestaran? 
¿Si nos rodeáramos de gente y las manos estuviesen llenas? 
 ¿Si de repente no quisiéramos escapar y nos sintiéramos cómodos en dónde estamos? 
 ¿A quién elegiríamos? 
¿En quién pensaríamos cuando lo tuviésemos todo? 
 ¿A quién necesitaríamos cuando los adentros rebosen? 
¿Tendríamos la certeza de saber a quién pertenece nuestro corazón, 
o simplemente necesitamos estar vacíos para reconocer qué nos falta?