" La tristeza que se había aquietado por breve tiempo reaparece ahora y le oprime el pecho con fuerza aún mayor. Los ojos de Iona recorren inquieta y dolorosamente la multitud que camina apresurada por ambos lados de la calle: entre esos millares de personas, ¿habrá una sola que quiera escucharlo? Corren sin reparar en él ni en su tristeza. Una tristeza enorme, que no tiene límites. De estallar el pecho de Iona y desparramarse esa tristeza, cubriría quizá todo el mundo, y sin embargo no se la ve. "
(Fragmento)