Aquella tarde, cuando yo hablaba y tú guardabas silencio, descubrí que nadie nunca me había puesto tanta atención.
Luego no me besaste, me diste un trago de licor y recitaste poesía.
Entonces lo supe,
el amor es eso,
que te pongan atención,
que se interesen por lo
lo que estas diciendo.
Y que no te interrumpan
ni para darte un beso.
Eso es amor, ahora lo entiendo.
- Empirismo a la mala. Mercedes Reyes Arteaga