Exprésate
Soneto XVII - Neruda
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera
No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.
Olvida
Y tú quieres oír, tú quieres entender. Y yo
te digo: olvida lo que oyes, lees o escribes.
Lo que escribo no es para ti, ni para mí...
te digo: olvida lo que oyes, lees o escribes.
Lo que escribo no es para ti, ni para mí...
El regalo más grande
Quiero hacerte un regalo,
algo dulce, algo raro.
No un regalo común, de
esos que perdiste, o nunca abriste, que olvidaste en un tren o no aceptaste.
De los que abres y
lloras, que estás feliz y no finges,
y en este día de
septiembre, te dedicaré mi regalo más grande
Quiero donar tu sonrisa a
la luna, así de noche quien la mire pueda pensar en ti,
porque tu amor para mí es
importante, y no me importa lo que diga la gente
porque aún con celos sé
que me protegías, y sé que aún cansada tu sonrisa no se marcharía.
Mañana saldré de viaje y
me llevaré tu presencia para que sea nunca ida y siempre vuelta.
Mi regalo más grande…
Y si llegara ahora el fin
que sea en un abismo, no para odiarme, sino
para intentar volar.
Y si te niega todo esta extrema agonía, si aun la vida te negara, respira la mía.
Y si te niega todo esta extrema agonía, si aun la vida te negara, respira la mía.
Yo estaba atento a no
amar antes de encontrarte y descuidaba mi
existencia y no me importaba,
no quiero lastimarme más…
Catulo, Epigrama V (fragmento)
... dame mil besos, después cien,
luego otros mil, luego otros cien,
después hasta dos mil, después otra vez cien;
luego, cuando lleguemos a muchos miles,
perderemos la cuenta para ignorarla
y para que ningún malvado pueda dañarnos,
cuando se entere del total de nuestros besos.
luego otros mil, luego otros cien,
después hasta dos mil, después otra vez cien;
luego, cuando lleguemos a muchos miles,
perderemos la cuenta para ignorarla
y para que ningún malvado pueda dañarnos,
cuando se entere del total de nuestros besos.
Big girls don't cry
...Like the little school mate in the school yard,
we'll play jacks and uno cards.
I'll be your best friend and you'll be my Valentine
Yes, you can hold my hand if you want to,
'cause I want to hold yours too.
We'll be playmates and lovers and share our secret worlds...
we'll play jacks and uno cards.
I'll be your best friend and you'll be my Valentine
Yes, you can hold my hand if you want to,
'cause I want to hold yours too.
We'll be playmates and lovers and share our secret worlds...
Always remember me ...
Construiremos una casa de madera flotante, y seguirá siendo simple,
porque simple es bueno...
porque simple es bueno...
Coiffeur ♥
Un beso nunca viene mal, y menos si es en el placar, después nos olvidamos de todo lo que pasó. Podríamos acurrucarnos, dormir la siesta abrazados, tomar una merienda y andar en bici por donde sea.
Me siento tan estúpido, no sé qué es lo que pensás, yo sé que vos no te animás. Me duele verte, me encanta verte.
Fútbol, besos baldíos. Domingo, botines perdidos (por ahí), entre nieblas de carbón encendido, prendidos. Un suspiro confitado, ambos decididos a olvidarlo todo. Los coches pasan tocando bocinas, los coches pasan tocando bocinas, no les rozas, nos rozan. Y estuvimos tan atentos a que nada sucediera pero cuando nos dormimos, para cuando nos dormirmos…
Me siento tan estúpido, no sé qué es lo que pensás, yo sé que vos no te animás. Me duele verte, me encanta verte.
Fútbol, besos baldíos. Domingo, botines perdidos (por ahí), entre nieblas de carbón encendido, prendidos. Un suspiro confitado, ambos decididos a olvidarlo todo. Los coches pasan tocando bocinas, los coches pasan tocando bocinas, no les rozas, nos rozan. Y estuvimos tan atentos a que nada sucediera pero cuando nos dormimos, para cuando nos dormirmos…
Tallando en roca.
"Simplemente te adoro, de corazón, de lo más profundo".
Guardemos esto, con la simpleza de la primera vez que lo dijimos. En momentos como estos, necesito aferrarme a esas palabras, a esos recuerdos, cuando el cariño latía con fuerza, sin ningún tipo de represión. A veces siento que con el tiempo las relaciones se van desgastando; si no cuidas de ellas y las reconstruyes día a día, se llenan de polvo, se oscurecen y se caen de a pedazos. Y si hay una herida, entonces preocúpate de que sane bien, porque hay cicatrices que quedan de por vida. Hoy, hay cosas que nos duelen. Hoy hay cosas que nos hieren y que nos hacen alejarnos, que han desteñido el cariño y aún no encontramos la manera correcta de volver a pintarlo.
¿Qué pasa si todas las relaciones en la vida son así? ¿Cómo se supone que te salve?...
Sería más fácil si todos talláramos en las rocas los buenos recuerdos, los "te quiero" del inicio, y dibujáramos en la arena todo lo malo, así por las noches el mar se lo tragaría, y seríamos libres de volver a querer con la fuerza de antes.
Sería más fácil, a lo mejor, si yo te quisiera menos.
Guardemos esto, con la simpleza de la primera vez que lo dijimos. En momentos como estos, necesito aferrarme a esas palabras, a esos recuerdos, cuando el cariño latía con fuerza, sin ningún tipo de represión. A veces siento que con el tiempo las relaciones se van desgastando; si no cuidas de ellas y las reconstruyes día a día, se llenan de polvo, se oscurecen y se caen de a pedazos. Y si hay una herida, entonces preocúpate de que sane bien, porque hay cicatrices que quedan de por vida. Hoy, hay cosas que nos duelen. Hoy hay cosas que nos hieren y que nos hacen alejarnos, que han desteñido el cariño y aún no encontramos la manera correcta de volver a pintarlo.
¿Qué pasa si todas las relaciones en la vida son así? ¿Cómo se supone que te salve?...
Sería más fácil si todos talláramos en las rocas los buenos recuerdos, los "te quiero" del inicio, y dibujáramos en la arena todo lo malo, así por las noches el mar se lo tragaría, y seríamos libres de volver a querer con la fuerza de antes.
Sería más fácil, a lo mejor, si yo te quisiera menos.
Nos hicieron creer
“Nos hicieron creer que el “gran amor" sólo sucede una vez,
generalmente antes de los 30 años.
No nos contaron que el amor
no es accionado, ni llega en un momento determinado.
Nos hicieron creer que cada uno de nosotros
es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido
cuando encontramos la otra mitad.
No nos contaron que ya nacemos enteros,
que nadie en nuestra vida merece
cargar en las espaldas
la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Las personas crecen a través de la gente.
Si estamos en buena compañía es más agradable.
Nos hicieron creer en una fórmula llamada “dos en uno”:
dos personas pensando igual,
actuando igual…
¡que era eso lo que funcionaba!
No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación.
Que sólo siendo individuos con personalidad propia
podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio
y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos.
Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados.
Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz,
la misma para todos, y los que escapan de ella
están condenados a la marginalidad.
No nos contaron que estas fórmulas
son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes,
y que podemos intentar otras alternativas.
Ah, tampoco nos dijeron que nadie
nos iba a decir todo esto: cada uno lo va a tener que descubrir solo.
Y entonces,
cuando estés muy enamorado de ti mismo
podrás ser felizy te enamorarás de alguien.
Vivimos en un mundo
donde nos escondemos para hacer el amor
aunque la violencia se practica a plena luz del día”
generalmente antes de los 30 años.
No nos contaron que el amor
no es accionado, ni llega en un momento determinado.
Nos hicieron creer que cada uno de nosotros
es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido
cuando encontramos la otra mitad.
No nos contaron que ya nacemos enteros,
que nadie en nuestra vida merece
cargar en las espaldas
la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Las personas crecen a través de la gente.
Si estamos en buena compañía es más agradable.
Nos hicieron creer en una fórmula llamada “dos en uno”:
dos personas pensando igual,
actuando igual…
¡que era eso lo que funcionaba!
No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación.
Que sólo siendo individuos con personalidad propia
podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio
y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos.
Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados.
Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz,
la misma para todos, y los que escapan de ella
están condenados a la marginalidad.
No nos contaron que estas fórmulas
son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes,
y que podemos intentar otras alternativas.
Ah, tampoco nos dijeron que nadie
nos iba a decir todo esto: cada uno lo va a tener que descubrir solo.
Y entonces,
cuando estés muy enamorado de ti mismo
podrás ser felizy te enamorarás de alguien.
Vivimos en un mundo
donde nos escondemos para hacer el amor
aunque la violencia se practica a plena luz del día”
- John Lennon
A veces, simplemente caminamos juntos
"Caminamos durante un par de horas de esa manera en que caminan
las personas que no están juntas, pero tampoco completamente separadas.
Esa manera de tomarse las manos que dura un par de segundos solamente,
para señalar algo o guiar el camino algunos pasos. Esa tomada de manos
que significa “no me molesta el contacto”, pero tampoco garantiza que
algo vaya a ocurrir en un futuro demasiado próximo..."
Extracto de la columna de Alberto "Cuando grande seré rubio" en "Viviendo Solo"
A dónde vas...
A veces, solo a veces, me da por pensar que esto no nos va a llevar a ninguna parte.
Que él tiene todo perfectamente planeado y que nada queda al azar, que prepara cada detalle, que lo piensa en frío y luego, cuando llego, pone en marcha su plan macabro, y disfruta cómo me soprendo de todo y finalmente entro en su juego.
A veces me da la impresión de que camina lentamente de vuelta a su casa, se sienta satisfecho y se ríe un momento de mí, pues sabe que voy recogiendo las migas que él va dejando tiradas en el camino.
Free Falin' (John Mayer)
Parece ser el hombre de hierro, inquebrantable, imperturbable.
Sin embargo, un día se sentirá un poco solo, se detendrá y mirará hacia atrás, y entonces entenderá que por un momento lo tuvo todo, y no lo valoró lo suficiente. Y en sus oídos sonará: "I'm a bad boy 'cause I don't even miss her, I'm a bad boy for breaking her heart"
Voltéate una vez más
Él se despidió con un beso en la mejilla, ella se volvió al instante.
Caminaron unos pasos en direcciones opuestas, y entonces el gritó:
"-¡Chao!"
Ella se volteó a mirarlo, mientras él se despedía con la mano. Él siguió su camino y ella se quedó mirándolo mientas se alejaba. Sonrió y entonces él se giró sin saber que ella seguía ahí. Ambos rieron, se despidieron por última vez y siguieron sus caminos.
Ella sonreía. Luchó contra su impulso por voltearse una vez más, quién sabe si él lo hizo también.
Caminaron unos pasos en direcciones opuestas, y entonces el gritó:
"-¡Chao!"
Ella se volteó a mirarlo, mientras él se despedía con la mano. Él siguió su camino y ella se quedó mirándolo mientas se alejaba. Sonrió y entonces él se giró sin saber que ella seguía ahí. Ambos rieron, se despidieron por última vez y siguieron sus caminos.
Ella sonreía. Luchó contra su impulso por voltearse una vez más, quién sabe si él lo hizo también.
Quizá algún día encuentres a alguien
Y te enamores.
Tal vez sea de su sonrisa o de su mirada, tal vez de la manera torpe que tiene de caminar.
Tal vez de su voz, de su manera de hablar o de la forma en que calla.
Quizá te enamores de su nariz, de sus orejas, de sus manos o de sus pies,
de cómo se revuelve su pelo en el viento, de su sencillez,
de sus quejas constantes o quizá de su risa estridente.
De la forma en que te mira, o en que la miras tú. De los momentos que te entrega.
De la forma en que te entiende y en que te hace sentir único,
de sus inseguridades, de sus preguntas o de sus miedos,
de sus movimientos atropellados, de la forma en que tiembla cuando la tocas,
de cómo te busca en cada abrazo o de cómo no te quiere soltar.
De su llanto silencioso, de su afán por parecer fuerte,
de sus ganas de luchar o de las luchas que ha perdido.
De su pasado, de su futuro, de tus días junto a ella,
de la forma única en que alegra los momentos,
de cómo te hace querer estar junto a ella otra vez.
De su manera de decir "te quiero", o de la forma que hace que quieras decírselo,
de la manera en que te admira, en que aprende de ti,
de lo mucho que se parecen, de las historias que comparten,
de la manera en que adivinas siempre lo que quiere decir.
De su forma de querer, de sus ojos inocentes, de su inmadurez.
De su vocabulario estrecho, de sus muletillas,
de las veces que repites algo que ella ha dicho antes.
De sus intentos, de sus frustraciones o de sus logros,
de sus sueños o de tus ganas de compartirlos,
de la forma en que cree en ella porque tú lo haces,
o la forma en la que simplemente cree en ti.
Tal vez te enamores de sus hombros, de sus piernas o de su cintura,
de la manera en que la extrañas, o de esa sensación cuando vuelves a verla.
Tal vez simplemente te enamore la forma en que brillan sus ojos
cuando estás cerca de ella, completando su mundo,
haciéndola feliz.
Sea cual sea la razón por la que te enamores, cuando lo hagas, cada parte que resta de ella será perfecta para ti, y hallarás la forma de que encaje contigo.
Tal vez sea de su sonrisa o de su mirada, tal vez de la manera torpe que tiene de caminar.
Tal vez de su voz, de su manera de hablar o de la forma en que calla.
Quizá te enamores de su nariz, de sus orejas, de sus manos o de sus pies,
de cómo se revuelve su pelo en el viento, de su sencillez,
de sus quejas constantes o quizá de su risa estridente.
De la forma en que te mira, o en que la miras tú. De los momentos que te entrega.
De la forma en que te entiende y en que te hace sentir único,
de sus inseguridades, de sus preguntas o de sus miedos,
de sus movimientos atropellados, de la forma en que tiembla cuando la tocas,
de cómo te busca en cada abrazo o de cómo no te quiere soltar.
De su llanto silencioso, de su afán por parecer fuerte,
de sus ganas de luchar o de las luchas que ha perdido.
De su pasado, de su futuro, de tus días junto a ella,
de la forma única en que alegra los momentos,
de cómo te hace querer estar junto a ella otra vez.
De su manera de decir "te quiero", o de la forma que hace que quieras decírselo,
de la manera en que te admira, en que aprende de ti,
de lo mucho que se parecen, de las historias que comparten,
de la manera en que adivinas siempre lo que quiere decir.
De su forma de querer, de sus ojos inocentes, de su inmadurez.
De su vocabulario estrecho, de sus muletillas,
de las veces que repites algo que ella ha dicho antes.
De sus intentos, de sus frustraciones o de sus logros,
de sus sueños o de tus ganas de compartirlos,
de la forma en que cree en ella porque tú lo haces,
o la forma en la que simplemente cree en ti.
Tal vez te enamores de sus hombros, de sus piernas o de su cintura,
de la manera en que la extrañas, o de esa sensación cuando vuelves a verla.
Tal vez simplemente te enamore la forma en que brillan sus ojos
cuando estás cerca de ella, completando su mundo,
haciéndola feliz.
Sea cual sea la razón por la que te enamores, cuando lo hagas, cada parte que resta de ella será perfecta para ti, y hallarás la forma de que encaje contigo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)