Y resulta que la ciencia, a final de cuentas, 
no es otra cosa sino un acto de fe 
-con todo el respeto que eso merece-.
"Quiero enseñarte a ti y que me enseñes a mí.
No te voy a soltar hasta que nos veamos y probemos si es que resulta
y resultará
y tendremos problemas y discusiones, pero seremos felices.
Fin."

Me haces muy bien :)

El amor y los números de teléfono

"El amor es algo intangible, no se puede medir. Crees que quieres muchísimo a una persona y de repente conoces a otra y te das cuenta de que tampoco era para tanto, porque es algo etéreo; excepto si tus hijos te preguntan: ¿A quién quieres más?, ahí la cosa cambia, y respondes: a los dos igual. A pesar de que es imposible medirlo, de repente adquieres la capacidad de comparar dos cantidades de amor con una precisión milimétrica.

Antes de amar a alguien necesitamos su permiso, ¿Quieres salir conmigo?, o ¿Quieres casarte conmigo?. Hay que llegar a un acuerdo, pero para terminarlo ya no nos hace falta el otro, y dices: hey corto, yo corto; o: quiero el divorcio, yo lo quiero. Y no es justo, si se supone que era un convenio habría que decir: ¿Quieres cortar conmigo?.

Y es que el amor es sólo una ilusión porque al fin y al cabo nunca querrás a nadie más que a ti mismo. De hecho, es lo más normal del mundo oír a alguien decir: ella me gusta mucho, porque es como yo, me gusta porque es como yo. Realmente estás diciendo: saldría conmigo mismo pero es materialmente imposible, aunque por suerte he encontrado a esta chica y es como un espejo con tetas.

Porque el amor hace que parezcan profundas cosas que en verdad son muy superficiales, como los "flechazos". Un "flechazo" no es nada romántico, "me enamoré a primera vista" es sólo una manera de decir: estaba tan buena que me daba igual su personalidad.

Y es que estoy convencido de que da igual de qué tipo de amor estemos hablando: a una pareja, a tu familia, a los amigos; todos acaban reduciéndose a un mismo concepto: sólo quieres de verdad a las personas cuyos números te sabes. Cada vez que alguien te dice: -Te quiero. -Siempre habría que responderle con un: -¿Ah sí?, ¿Cuál es mi número?."

De por ahí

"Si todos nos juntáramos un día al rededor de el fuego podríamos sentirnos atraídos por el mismo misterio"
Y quizá nadie lo entiende,
ni siquiera yo.
Quizá no es que quiera a las personas
con mis ojos, mis manos, mi vida.
Quizá la verdad es que no quiero,
no quiero nada a nadie,
y por eso no sé distinguir.

Benedetti

En definitiva, ¿qué es lo nuestro?

Y aunque no me mires, te querré


Teníamos mucho en común,
yo lo amaba
y él también
se amaba a sí mismo

Mientras dure

Mientras dure
no me importa mostrarme débil mientras escribo,
si aún no soy fuerte ni nunca lo he sido.
No he aprendido a amar como aquí juegan,
yo amo con los codos, con el sueño, con la voz,
no tengo objeción en no ser correspondido.
No me importa cuánto vivan mis amores,
yo amo mientras dura, mientras puedo,
mientras se vacía el vaso y emprendo mi camino.
No entiendo cómo aman los humanos,
por eso estoy aquí contigo, por tu duda,
por todo lo que no sabes ni averiguas,
por todo lo que das sin saber siquiera que tuviste.
Amo tus alas, tus vuelos, tus caderas
donde termina mi noche, mi nostalgia.
No me importa que no entiendas que te amo,
que dudes y llores y preguntes y reclames,
yo te amo,
mientras dure
Y PARA CASTIGARTE
-AUNQUE NI TE ENTERES-
ESTA NOCHE DEJARÉ CERRADO
EL LIBRO QUE ME REGALASTE.
"Estaba casada con uno de ellos, muy bien y desde siempre lo había querido como se debe. Al otro empezó queriéndolo como una extensión de ese amor y acabó enamorándose de su voz y de las cosas que con ella decía. Pero no fue su culpa. En realidad no fue culpa de nadie . Así sucede a veces y no vale la pena desvelarse investigando por qué."

Ella también

También a ella le había llegado la hora de preguntarse con dignidad, con grandeza, con unos deseos incontenibles de vivir, qué hacer con el amor que se le había quedado sin dueño.
- García Márquez

Free Fallin'

She is a good girl, loves her mama,

loves Jesus and America too.

She is a good girl, crazy about Elvis,

loves horses and her boyfriend too.

I'm a bad boy, 'cause I don't even miss her,

I'm a bad boy for breaking her heart...

Rutina

-Cuando lo imposible se quiere volver rutina, hay que dejarlo- le explicó a su hermana, que no era capaz de entender una actitud tan radical - .Uno no puede meterse en el lío de ambicionar algo prohibido, de poseerlo a veces como una bendición, de quererlo más que a nada por eso, por imposible, por desesperado, y de buenas a primeras convertirse en el anexo de una oficina. No me lo puedo permitir, no me lo voy a permitir. Sea por Dios que algo tiene de prohibido y por eso está bendito.

Qué sería

Y los días van pasando, y yo veo que se deshace, 
¿hacia dónde va llegando nuestro amor?
Ya no somos los de antes, las mañanas no son tibias 
y no me haces cariño cuando duermo.
Y yo busco en tu mirada una señal 
que me muestre que esto no va a cambiar,
porque, ay que dolería si tú ya no estuvieras al despertar...

Mi cuerpo tiembla, esto va a pasar, mejor otro que no me haga sufrir más,
pero contigo me siento bien casi siempre, aunque no hoy ni ayer 

Y qué sería un día sin alguien que hiciera buena compañía, no quiero saber.
Y estamos tan cerca, no sé qué hacer. Estamos tan cerca y ya me duele...
En esta noche debo sustituirte y acariciar a otro que no eres tú, dar saltos como loca y divertirme, en vez de adormecerme sobre ti...

Daughters

Conozco una chica, ella pone color dentro de mi mundo.
Pero es como un laberinto, donde todas las paredes cambian continuamente.
Y yo he hecho todo lo que puedo para seguir sus pasos, con mi corazón en mis manos.
Ahora he comenzado a ver que quizá no tiene nada que ver conmigo...

Padres, sean buenos con sus hijas. Sus hijas querrán de la manera en que ustedes lo hacen.
Las niñas se convierten en amantes, quienes se convierten en madres, así que madres, sean buenas con sus hijas también.

¿Ves esa piel? Es la misma en la que ella se ha mantenido en pie
desde el día en que lo vio irse. Ahora ella se ha ido, limpiando el desastre que él ha dejado.

Así que padres, sean buenos con sus hijas. Sus hijas querrán de la manera en que ustedes lo hacen.
Las niñas se convierten en amantes, quienes se convierten en madres, así que madres, sean buenas con sus hijas también.

Chicos, ustedes pueden romper, descubrirán cuánto ellas pueden llegar a soportar.
Ustedes serán fuertes, y siendo buenos soldados se habrán ido sin el calor del corazón de una buena mujer.

Tú representas a cada hombre cuidando a cada mujer. Tú eres el Dios y el sostén del mundo,
así que padres, sean buenos con sus hijas. Sus hijas querrán de la manera en que ustedes lo hacen.
Las niñas se convierten en amantes, quienes se convierten en madres, así que madres, sean buenas con sus hijas también.
Hey baby, won't you look my way? 
I can be your new addiction
Hey baby, what you got to say? 
All you're giving me is fiction

Sobre la Tía Magdalena (Mastretta)

Un día el marido de la tía Magdalena le abrió la puerta a un propio que llevaba una carta dirigida a ella. Nunca habían tenido secretos y era tal la simbiosis de aquel matrimonio que ahí las cartas las abría uno aunque fueran dirigidas al otro. Nadie consideraba eso violación de la intimidad, menos aún falta de educación. Así que al recibir aquel sobre blanco, tan planchado, con el nombre de su mujer escrito por una letra contundente, lo abrió. El mensaje decía:

"Magdalena: 

Como siempre que hablamos del tema terminas llorando y te confundes en la locura de que nos quieres a los dos con la misma intensidad, he decidido no volver a verte. No creo imposible deshacerme de mi deseo por ti, alguna vez hay que despertar de los sueños. Estoy seguro que tú no tendrás grandes problemas olvidándome. Acabar con este desorden nos hará bien a los dos. Vuelve al deber que elegiste y no llames ni pretendas convencerme de nada. 
Alejandro. 

P.D.: Tienes razón, fue hermoso."

El marido de la tía Magdalena guardó la carta, le puso pegamento al sobre y lo dejó en la charola del correo junto con el recibo del teléfono y las cuentas del banco. Estaba furioso. La rabia le puso las orejas coloradas y los ojos húmedos. Entró a su despacho para que nadie lo viera, por más que no había nadie en la casa. Su mujer, las nanas y los niños se habían ido al desfile del 5 de mayo para celebrar el recuerdo del día en que los “zacapoaxtlas” le restaron prestigio a Napoleón.

Sentado en la silla frente a su escritorio, el hombre respiraba con violencia por la boca. Tenía las manos sobre la frente y los brazos alrededor de la cara. Si algo en la vida él quería y respetaba por encima de todo, eran el cuerpo y la sabiduría de su mujer. ¿Cómo podía alguien atreverse a escribirle de aquel modo? Magdalena era una reina, un tesoro, una diosa. Magdalena era un pan, un árbol, una espada. Era generosa, íntegra, valiente, perfecta. Y si ella alguna vez le había dicho a alguien te quiero, ese alguien debió postrarse a sus pies. ¿Cómo era posible que le hiciera llorar?

Bebió un whisky y luego dos. Pegó contra el suelo con un palo de golf hasta desbaratarlo. Se metió veinte minutos bajo la regadera y al salir puso en el tocadisco al Beethoven más desesperado y cuando su mujer y los niños entraron en la casa, dos horas después, estaba disimuladamente tranquilo. 

Se había asoleado, todos tenían las cabezas un poco desordenadas y las mejillas hirviendo. La tía Magdalena se quitó el sombrero y fue a sentarse junto a su marido.

-¿Te sirvo otro whisky?- dijo tras besarlo como a un hermano.
-Ya no, porque vamos a comer en casa de los Cobián y no me quiero emborrachar.
-¿Vamos a comer en casa de los Cobián? Nunca me dijiste.
-Te digo ahorita.
-“Te digo ahorita”. Siempre me haces lo mismo.
-Y nunca te enojas, eres una esposa perfecta.
-Nunca me enojo, pero no soy una esposa perfecta.
- Sí eres una esposa perfecta. Y sí tráeme otro whisky.

La tía caminó hasta la botella y los hielos, sirvió whisky, lo movió, quiso uno para ella. Cuando lo tuvo listo, volvió junto a su marido con un vaso en cada mano. De verdad era linda la tía Magdalena. Era de esas mujeres bonitas que no necesitan nada para serlo más que levantarse en las mañanas y acostarse en las noches. De remate, la tía Magdalena se acostaba a otras horas llena de pasión y culpa, lo que en los últimos tiempos le había dado una firmeza de caminado y un temblor en los labios con los que su tipo de ángel ganó justo la pizca de maldad necesaria para parecer divina. Fue a sentarse a los pies de su marido y le contó los ires y devenires del desfile. Le dio la lista completa de quienes estaban en los palcos de la casa del círculo español. Después le dibujó en un papelito un nuevo diseño para la vajilla de talavera que podría hacerse en la fábrica. Hablaron largo rato de los problemas que estaban dando los acaparadores de frijol en el mercado La Victoria. Durante todo ese tiempo, la tía Magdalena se sintió observada por su marido de una manera nueva. Mientras hablaba, muchas veces la interrumpió  para acariciarle la frente o las mejillas, como si quisiera detenerle cada gesto de júbilo. 

- Me estas mirando raro – le dijo ella una vez.
- Te estoy mirando – contestó él.
- Raro – volvió a decir la tía.
- Raro – asintió él y continuó la conversación.

¿Cómo había alguien en el mundo capaz de permitirse perder a esa mujer? Debía estar loco. Empezó a enfurecerse de nuevo contra quien mandó esa carta y de paso contra él, que no la había escondido siquiera hasta el día siguiente. Así su mujer la encontraría durante la mañana, cuando ni él ni los niños estorbaran su tristeza. Entonces se levantó del sillón alegando que ya era tarde  y mientras la tía Magdalena iba a pintarse los labios, él caminó al recibidor y quitó la carta de la charola del correo. La mesa sobre la que estaba era una antigüedad que había pertenecido a la bisabuela de la tía Magdalena. Tenía un cajón en medio al que la polilla se colaba con frecuencia. Ahí metió la carta y respiró, feliz de postergarle el problema a su mujer. Gracias a eso pasaron una comida apacible y risueña.
El lunes, antes de irse a la fábrica, puso la carta encima de todas las demás.
La tía Magdalena había amanecido radiante.

- Debe ser porque nos vamos – pensó el marido.

Y en efecto, a la tía Magdalena le gustaban los días hábiles. Quién sabe a qué hora ni cómo se encontraba con el torpe aquel, pero de seguro era en los días hábiles. Cuando se despidieron, él dijo como de costumbre: “Estoy en la fábrica por si algo necesitas”, y la besó en la cabeza. Entonces ella dio el último trago a su café y mordió la rebanada de pan con mantequilla del que siempre dejaba un pedacito, atendiendo a quién sabe qué disciplina dietética. Luego se levantó y fue en busca del correo.

Entonces dio con la carta. Se la llevó al baño de junto a su recámara que todavía era un caos de toallas húmedas y pijamas recién arrancadas. Sentada en el suelo, la abrió. No le bastaron las toallas para secarse la cantidad de lágrimas que derramó. Se tuvo lástima durante tanto rato y con tal brío que la cocinera no la saca del precipicio para preguntarle qué hacer de comida hubiera podido convertirse en charco. Contestó que hiciera sopa de hongos, carne fría, ensalada, papas fritas y pastel de queso, sin dudar ni desdecirse y a una velocidad  tal que la cocinera no le creyó. Siempre pasaban horas confeccionando el menú y ella había contagiado a la muchacha de sus manías: 

- La sopa es café y la carne también – dijo la cocinera segura de que habría un cambio.
- No importa – le contestó la tía Magdalena, aún poseída por un dolor de velorio.

Su marido regresó temprano del trabajo, como cuando estaban recién casados y a ella le daba catarro. Llegó buscándola, seguro de que la pena la tendría postrada fingiendo algún mal. La encontró sentada en el jardín, esperando su turno para brincar la reata en un concurso al que sus dos hijas  y una prima le concedían rango de olímpico. Estaba contando los brincos de su hija que iba por ciento tres. Las otras dos niñas tenían la reata una de cada punta y la movían mientras contaban, perfectamente acopladas.

- Juego de mujeres – dijo el marido, que nunca le había encontrado chiste brincar la reata.
La tía Magdalena se levantó a besarlo. Él puso el brazo sobre sus hombros y la oyó seguir contando los brincos de la niña.
- Ciento doce, ciento trece, ciento catorce, ciento quince, ciento dieciséis… ¡Pisaste! – gritó riéndose – Me toca.

Se separó de su marido y voló al centro de la cuerda. Le brillaban los ojos, tenía los labios embravecidos y las mejillas más rojas que nunca. Empezó a brincar en silencio, con la boca apretada y los brazos en vilo, oyendo solo la voz de las niñas que contaban en coro. Cuando llegó al cien, su voz empezó a salir como un murmullo en el que apoyaba para seguir brincando. El marido se unió al coro cuando vio a la tía Magdalena  llegar al ciento diecisiete sin haber pisado la cuerda. Acunada por aquel canto la tía brincó cada vez más rápido. Pasó por el doscientos como una exhalación y siguió brinca y brinca hasta llegar al setecientos cinco.

- ¡Gané! – gritó entonces - ¡Gané! – y se dejó caer al suelo alzándose un segundo después con el brío de una llama-. ¡Gané! ¡Gané! – gritó corriendo hasta donde estaba su marido.
- Afortunada en el juego, desafortunada en el amor – dijo él.
- Afortunada en todo - contestó ella jadeante -. ¿O me vas a salir tú también con que ya no me quieres?
- ¿Yo también? – dijo el marido.
- Esposo, eres un violador de correspondencia y usaste un pésimo pegamento para disimularlo – dijo la tía Magdalena.
- En cambio tú disimulas bien. ¿No estás muy triste?
- Algo – dijo la tía Magdalena.
- ¿Si yo me fuera podrías brincar la reata? – preguntó él.
- Creo que no – dijo la tía Magdalena
- Entonces me quedo – contestó el marido, recuperando su alma. 

Y se quedó.  
Histooo weón ♥

"Vampiros Emocionales" - Albert J. Bernstein

Están ahí afuera, disfrazados como gente normal hasta que sus necesidades internas los convierten en depredadores. No buscan vuestra sangre, sino vuestra energía emocional.

Tienen el poder no solo de exasperaros, sino de hipnotizaros, de obnubilaros la mente con promesas falsas hasta enredaros en sus hechizos. Los vampiros emocionales os atraen para luego vaciaros.

Los vampiros emocionales, son vecinos cálidos y cordiales delante de vosotros, que a vuestra espalda extienden rumores.

Al principio parecen mejores que las personas corrientes. Son brillantes, encantadores. Os caen bien, confiáis en ellos, esperáis más de ellos que de otras personas.

Esperáis más, pero recibís menos y al final os capturan. Los invitáis a que entren en vuestra vida y rara vez os dáis cuanta del error hasta que han desaparecido, dejándoos vacíos, las carteras vacías o, quizá, el corazón roto. Aún entonces os preguntáis...¿serán ellos o yo?. Son ellos. Vampiros emocionales.
Deja que esta vez nadie sea testigo de lo que va a pasar cuando te toque la cara, de lo que va a pasar cuando descubras mis ojos.
Se ama sin razón y se olvida sin motivo.

Don't you worry, child

Hubo un tiempo en el que solía mirar a los ojos de mi padre,
en un hogar feliz, yo era una reina, tenía un trono de oro.
Esos días se han ido, ahora los recuerdos están en la pared,
y escucho las canciones de los lugares en donde nací.

Arriba, en la colina, cruzando el lago azul,
ahí fue donde mi corazón se rompió por primera vez,
aún recuerdo cómo todo cambió,
mi padre decía:

No te preocupes, hija, el cielo tiene un plan para ti.
No te preocupes ahora, el cielo tiene un plan para ti.

Hubo un tiempo en el que conocí a un chico diferente,
nosotros regíamos el mundo, pensé que nunca lo perdería de vista.
Éramos tan jóvenes, pienso en él de vez en cuando,
todavía escucho las canciones, recordándome un amigo.

Arriba, en la colina, cruzando el lago azul,
ahí fue donde mi corazón se rompió por primera vez,
aún recuerdo cómo todo cambió,
mi padre decía:

No te preocupes, hija, el cielo tiene un plan para ti.
No te preocupes ahora, el cielo tiene un plan para ti.

¿A dónde van?

De límites y tiempo

¿Cuándo llega momento exacto para sentir plena confianza?
¿Cuándo podemos llamarnos "nuestros" sin perder libertad?
¿Cuándo nos ganamos el permiso de decirnos "te conozco"?
¿Cuándo dejamos de querer a todos los demás y pasamos a ser exclusivamente el uno para el otro?
Tal vez nada de eso vaya a pasar. Quizá sólo somos dos aves volando juntas una parte del camino, sin ganas de llegar a un nido, enamorándonos y desenamorándonos con cada estación.
Todavía estaba oscuro cuando salieron del establo rumbo a la casa. Las estrellas se apretujaban en el cielo y ella se acurrucó en el abrazo de ese hombre arisco que la madrugada había convertido en un refugio cálido y persuasivo.
Quién sabe cuál habrá sido su preciso encanto. Ella nunca pudo explicarlo con claridad.

Al fin de cuentas

Si el amor no da sus frutos
No le des más cuerda
No hay peor cosa que plantar

Burbujas sobre la almohada
Hace falta quererse y olvidar

Si se va déjalo ir
Con sus maletas no lo detengas
Ten presente que hay después
Cuando todo está perdido
Sin ganas de llorar

Al fin de cuentas
Mala hierba nunca muere
Amores con pereza sobran por doquier,
Donde creció maleza
Mejor buscarse otro Edén

Si el amor te pone mala cara
Regálale la otra mejilla
Dale tiempo al tiempo sin revés
No te rijas por clavos
No juegues con humanos al ajedrez

Si no vuelve mándale un saludo
Fúmate un cigarro en son de paz
Pues el odio mata y envenena
Cuanto menos pienses
La memoria volverá a nacer

Al fin de cuentas
Mala hierba nunca muere
Amores con pereza sobran por doquier,
Donde creció maleza
Mejor buscarse otro Edén
Papas fritas para el hambre
naranjas para la sed
anillitos en los dedos
y el corazón, para usted

Errores de cálculo en la mirada

El error es mirar lo de ayer con ojos de hoy,
querer que las cosas vuelvan a ser igual
cuando tú ya no eres el mismo,
como si se pudieran reciclar los suspiros
o dar un mismo beso por segunda vez.
Los mudos no gritan, los sordos no ven la música,
con las cinco letras que se escribe tarde
no puedes escribir ahora,
el amor que fue, ese ya nunca vuelve.

"El Coronel no tiene quién le escriba" - García Márquez


Octubre era una de las pocas cosas que llegaban...
"No es cierto que los seres humanos somos seres racionales por excelencia. Somos como los mamíferos; seres emocionales que usamos la razón para justificar y ocultar las emociones en las cuales se dan nuestras acciones."

~ Humberto Maturana

Medio Mal - Dënver

Déjame mentirte esta vez, que en verdad no querrás saber. 
Deja que lo explique medio mal, enredarme toda, hablar de cualquier cosa.
En verdad, que soy buena haciendo daño, mejor te pasas a mi bando,
y sin más terminamos retozando antes que pueda explicar lo que hago allá.
Que siempre en la esquina de donde viene esa brisa
que si guardamos silencio se oyen las olas dentro
adentro, tan adentro
tan al fondo que no siento
hace tiempo que te miento
cada día, mejor soy en esto.

Concentración de Campos

Me has hecho un espacio para dormir a tu lado.
Puedo ver que te duele, pero uno se va haciendo fuerte.
Cae la nieve lentamente, y el rumor que hay más trenes.
Cuentas los balazos con mis pies, también con tus manos.
Dices "si hubiese algo más allá, cartas ya habría tomado".
Y apenas si tengo sombra, y han inventado una bomba.
Cae la nieve lentamente, le somos indiferentes.
Y ha pasado otro año, y aún nos queda un abrazo.
Del invierno al verano, renovados soldados están apuntando.
Y he soñado que salimos, que ya no sentimos frío.
Y flotamos por el río.

Todo empieza, todo acaba siempre contigo.

Don't want to grow up


Tal vez no estamos distantes, tal vez estamos distintos.

Martín (Hache)

"Yo soy el tipo de chica que a los hombres les resulta cómodo. No soy fea, tengo el sí fácil, el orgasmo todavía más fácil. Soy sensual, apasionada, simpática, nada celosa. Cuando estoy con un tipo acepto lo que me da. No exijo imposibles. Cuando las cosas se pudren, me voy, pero sin escándalos. Moderna y pragmática, o sea, una pelotuda."

PD: Gracias