Rutina
-Cuando lo imposible se quiere volver rutina, hay que dejarlo- le explicó a su hermana, que no era capaz de entender una actitud tan radical - .Uno no puede meterse en el lío de ambicionar algo prohibido, de poseerlo a veces como una bendición, de quererlo más que a nada por eso, por imposible, por desesperado, y de buenas a primeras convertirse en el anexo de una oficina. No me lo puedo permitir, no me lo voy a permitir. Sea por Dios que algo tiene de prohibido y por eso está bendito.