El amor y los números de teléfono

"El amor es algo intangible, no se puede medir. Crees que quieres muchísimo a una persona y de repente conoces a otra y te das cuenta de que tampoco era para tanto, porque es algo etéreo; excepto si tus hijos te preguntan: ¿A quién quieres más?, ahí la cosa cambia, y respondes: a los dos igual. A pesar de que es imposible medirlo, de repente adquieres la capacidad de comparar dos cantidades de amor con una precisión milimétrica.

Antes de amar a alguien necesitamos su permiso, ¿Quieres salir conmigo?, o ¿Quieres casarte conmigo?. Hay que llegar a un acuerdo, pero para terminarlo ya no nos hace falta el otro, y dices: hey corto, yo corto; o: quiero el divorcio, yo lo quiero. Y no es justo, si se supone que era un convenio habría que decir: ¿Quieres cortar conmigo?.

Y es que el amor es sólo una ilusión porque al fin y al cabo nunca querrás a nadie más que a ti mismo. De hecho, es lo más normal del mundo oír a alguien decir: ella me gusta mucho, porque es como yo, me gusta porque es como yo. Realmente estás diciendo: saldría conmigo mismo pero es materialmente imposible, aunque por suerte he encontrado a esta chica y es como un espejo con tetas.

Porque el amor hace que parezcan profundas cosas que en verdad son muy superficiales, como los "flechazos". Un "flechazo" no es nada romántico, "me enamoré a primera vista" es sólo una manera de decir: estaba tan buena que me daba igual su personalidad.

Y es que estoy convencido de que da igual de qué tipo de amor estemos hablando: a una pareja, a tu familia, a los amigos; todos acaban reduciéndose a un mismo concepto: sólo quieres de verdad a las personas cuyos números te sabes. Cada vez que alguien te dice: -Te quiero. -Siempre habría que responderle con un: -¿Ah sí?, ¿Cuál es mi número?."

De por ahí