9.6 - La bien querida

El día que te conocí llevabas todo el pelo alborotado.
Con esa cara de niño malo me miraste de arriba a abajo.
Y dijiste que sí, que sí, que tú te venias conmigo.

El día que te conocí, en algún sito, en algún lado,
me agarraste sin más de la mano y me besaste con gran descaro.
Yo sentía que sí, que sí, que ya me estaba enamorando.

Un mes después cuando te vi en otro sitio, en otro lado,
toda la noche sin dormir, y con el cuerpo descolocado.
Me dijiste que sí, que sí, que esto aún no se ha acabado.