"¡Abre los ojos, mujer! Míralo ahí sentado, enfrascado en sus libros sobre el universo y escondido detrás de esas gafas de intelectual, ¿de verdad crees que en algún momento pasas por su mente cuando no estás frente a él? ¿Crees que por la noche, antes de dormir, piensa en qué puede cambiar él para hacerte feliz? En cambio tú... Tú, mujer, te quedas en los huesos por dar los pasos perfectos para que él se sienta orgulloso de ti, y serías capaz de cambiar la curvatura del mundo si así a él le resultara más cómodo"